Distracciones al volante
Las distracciones al volante son una de las mayores causas de accidentes en los últimos años en España y en medio mundo, muchas de esas distracciones son por dispositivos electrónicos y muchas otras por otros motivos que desconocemos.
El ser humano es despistado y distraído por naturaleza, si a eso le sumamos una tarea mecánica como puede ser conducir en un trayecto habitual, la posibilidad de distraerse se dispara. Es paradójico porque todos los conductores pensamos que conducir es algo mecánico, cuando en realidad es una de las tareas más complejas que somos capaces de realizar, donde entran en juego varios de nuestros sentidos a la par que realizamos multitud de tareas simultáneas.
En todos los posts sobre distracciones o despistes al volante hablarán o escribirán del teléfono móvil, de dispositivos electrónicos, si son más antiguos de sintonizar la radio, de encenderse un cigarro, de beber agua… En RiveKids vamos a escribir de otras distracciones o despistes al volante, las que pueden provocar y provocan los niños, principalmente cuando son pequeños.
¿Hasta cuándo tiene que ir un niño en silla de coche?
En España, y en toda Europa en general, todos los niños menores de edad y de estatura igual o inferior a 135 cm deben viajar en un sistema de retención infantil adecuado a su talla y peso y debidamente homologado. Hay muchos países en los que es obligatorio su uso hasta los 150 cm.
En España, desde 2015, los niños deben viajar detrás salvo tres excepciones de la normativa:
- Que los asientos traseros ya estén ocupados por niños en sillas de coche.
- Que el coche carezca de plazas traseras, un biplaza.
- Que el coche no disponga de elementos de sujeción en las plazas traseras como pueden ser los coches clásicos que sólo tienen cinturón en el asiento del piloto y copiloto.
Hay países donde los bebés pueden o deben viajar en el asiento del copiloto, en España no está permitido salvo las excepciones ya mencionadas y por el momento en RiveKids no vamos a entrar en el debate de si eso es correcto o no.
Lo que es obvio y sobra remarcar más es que los bebés deben viajar a contramarcha hasta los 105 cm o 18 kg de peso.
Todos los que tenemos niños o los hemos tenido hemos sentido la necesidad imperiosa de verlos en todo momento. Esta necesidad no cambia cuando uno esta conduciendo y es casi imposible que una madre o un padre no mire de vez en cuando al bebé o niño que va en el coche. Si además ese bebé está en el asiento trasero, para conseguirlo, en el mejor de los casos, se colocan unos espejos internos que nos ayudan a mantener el contacto visual.
Lo que nunca pensamos es que en un segundo que miras al bebé, si vas en autovía a 120 km/h recorremos 33,3 metros en los que literalmente no estamos mirando a la carretera. ¿Habías pensado que mirar al bebé supone una distracción al volante?
Si miramos al bebé un segundo circulando a 100 km/h recorremos 27,7 metros, si lo hacemos a 80 km/h recorremos 22,7 metros.
Si circulamos por ciudad, esa distracción al volante de un segundo a 50 km/h supone que recorremos 13,8 metros y en una zona residencial a 30 km/h en 1 segundo recorremos 8,3 metros.
¿Había pensado alguna vez que esa inocente mirada por el espejo para revisar si el bebé está o no bien suponían tantos metros sin mirar a la carretera?
Todo esto sin tener en cuenta ni el tiempo de reacción ni el de frenada, porque suponemos que no hemos tenido ningún inconveniente cuando la mirada ha regresado a la carretera o a la calle.
Cuando en RiveKids explicamos en las charlas presenciales este tipo de distracciones al volante siempre nos cuentan, los padres y las madres, los mismos pretextos:
- “Se puede ahogar”.
- “Si no le miro llora”.
- “Tengo que saber que está bien”.
Para comentarlo con un poco de humor y respetando todas las opciones que los padres puedan tomar al respecto:
- Salvo circunstancias un poco raras, para que un niño o bebé se ahogue mientras va en el coche tiene que estar comiendo o con una juguete o prenda de vestir que se pueda llevar a la boca. Cuando viajen no dejen que los niños puedan tener nada para meterse en la boca.
- Si el niño llora se busca un área de servicio o zona segura para detener el coche bien señalizado y bajar a consolarlo o ver qué es lo que le pasa.
- Ojalá solo con mirar a un niño un padre o una madre supiese si está bien o no. Realmente lo que buscamos como padres es tranquilizarnos a nosotros mismos.
El consejo del equipo de RiveKids, que mayoritariamente han sido ya padres y madres, es que en el coche cuantas menos posibles distracciones al volente mucho mejor y los espejos para bebés dentro del coche son una de tantas distracciones al volante que nos pueden costar muy caras.
“El verdadero viaje es el que termina como comenzó, con felicidad e inocencia”. RiveKids.